domingo, 28 de diciembre de 2014

El odio y el amor más cerca de lo que pensamos

Siempre se ha dicho: "Entre el amor y el odio hay sólo un paso". Punset ya lo sostuvo en su programa "Redes": "Lo opuesto al amor no es el odio, sino la indiferencia". A su vez, los circuitos límbicos por los que pasa el amor son los mismos por los que a su vez transita el odio: la ínsula y el putamen. Sin embargo, no dejan de ser sorprendentes los descubrimientos científicos a este respecto, pues contrariamente a lo que parece, es el amor el irracional y el odio el racional. Efectivamente, el amor desconecta el procesamiento racional, una vez más los tópicos son algo más que eso, es cierto que "el amor es ciego". Pero el odio es "vidente", cuando se odia el razonamiento lógico permanece activo y a pleno rendimiento. Por otro lado, conviene añadir que el odio nada tiene que ver con otras emociones como son la ira o el miedo, pues éstas tienen que ver incluso con áreas distintas de nuestro cerebro. En cualquier caso el amor puede "atontar", y sin embargo el odio hacerlo a uno más inteligente. No obstante, también más infeliz (¿a más inteligencia más desdicha? Ya lo decía Pío Baroja en "El árbol de la ciencia": "El árbol de la ciencia aplasta al de la vida").

A su vez, los psicólogos de la emoción han estudiado los trasvases de un estado a otro. Se puede acabar queriendo a quien se empezó odiando y viceversa: odiar a quien primero se quiso. El síndrome de Estocolmo es un claro ejemplo de amor hacia el enemigo inicial. Y las desavenencias de un matrimonio una muestra de lo contrario: acabar odiando a quien en un primer momento fue tu compañero/a.

La Ciencia da pues la razón también a la Literatura:

"No hay más maestro que el enemigo.
Mi enemigo me enseña mis puntos débiles, pero también me muestra los fuertes.
Cuando puedes ponerte a ti mismo en la mente de tu enemigo, puedes destruirlo... pero entonces, el problema es que también lo quieres"

"El juego de Ender", Orson Scott Card.

 
 
 
 



El lenguaje crea la realidad

Cuando dices "no te quiero", no mientes por orgullo, dices la verdad. El lenguaje define la realidad, y la crea.



Cuidado con lo que dices: cambia tu mundo. Así lo creyeron ya los filósofos del lenguaje, señaladamente Wittgenstein: "Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo". El lenguaje no sólo refleja la realidad, sino que también la crea. Por eso, si dices "lo lograré" estás en lo cierto, si expresas en voz alta "voy a fallar", también, como certeramente apuntó en su día Henry Ford, el auténtico inventor del automóvil. Cuando creemos, por ejemplo, que estamos diciendo "no te quiero" por orgullo, qué va, sólo nos mentimos a nosotros mismos, estamos diciéndolo de verdad. Y aunque no fuera así, estamos consiguiendo que el enunciado sea real, porque efectivamente, con el lenguaje construimos nuestro pequeño universo. Vivimos en una sociedad que no termina de ser consciente de la enorme relevancia de las palabras. Ya lo decían los árabes, "las heridas de la lengua son más profundas que las del sable".


Cita:
Por siglos, hemos considerado al lenguaje como un instrumento que nos permite «describir» lo que percibimos (el mundo exterior) o «expresar» lo que pensamos o sentimos (nuestro mundo interior).
Esta concepción da al lenguaje una capacidad fundamentalmente pasiva o descriptiva. El lenguaje, se suponía, nos permitía hablar «sobre» las cosas. La realidad, se asumía ya dada, antecedía al lenguaje y éste se limitaba a «describirla».
Sustentado en los avances registrados durante las últimas décadas en el campo de la filosofía del lenguaje, se reconoce que el lenguaje no sólo nos permite hablar «sobre» las cosas: el lenguaje también hace que sucedan cosas.
De modo que abandonamos la noción que reduce el lenguaje a un papel pasivo o descriptivo.
Sostenemos que el lenguaje es generativo. El lenguaje, por lo tanto, no sólo nos permite describir la realidad, el lenguaje también crea realidades.
Pero el lenguaje no solo genera la realidad sino que el lenguaje genera ser.
Es importante advertir, sin embargo, que no estamos diciendo que todo lo que existe sólo existe en el lenguaje. No estamos negando la «existencia» de una así llamada «realidad externa», independiente del lenguaje. Pero de tal «realidad externa», en cuanto externa e independiente del lenguaje, no podemos hablar. Todo, de lo que hablamos, se encuentra, por definición, dentro del dominio del lenguaje.
Tal como lo hemos sostenido anteriormente, la forma en que una realidad externa (cuya existencia, insistimos, no podemos negar) «existe para nosotros», sigue siendo un espacio de distinciones lingüísticas.
Una vez que algo se convierte en parte de nuestras vidas, una vez que la realidad externa «existe para nosotros», dejó de ser externa, y la forma en que existe para nosotros es en el lenguaje. Por lo tanto, repitamos: no estamos diciendo que el lenguaje genera todo lo que existe. No podemos sostener que aquello de lo que no hablamos no existe.
Al destacar que el lenguaje es generativo, estamos sosteniendo a su vez que el lenguaje es acción. a través del lenguaje, no sólo hablamos de las cosas, sino que alteramos el curso espontáneo de los acontecimientos: hacemos que ciertas cosas ocurran.
Basta pensar en las infinitas oportunidades en las que una persona, un grupo, un país cambiaron de dirección y alteraron su historia porque alguien dijo lo que dijo. De la misma manera, reconocemos que la historia (individual o colectiva) hubiese podido ser tan diferente de lo que fue si alguien hubiese callado, si no hubiese dicho lo que dijo.
El lenguaje, planteamos, no es solo una herramienta pasiva que nos permite describir cómo son las cosas. El lenguaje también es activo. Por medio de él participamos en el proceso de construcción del mundo.
Al sostener que el lenguaje es acción, estamos señalando que el lenguaje crea realidades. Vemos esto de muchas maneras. Al decir lo que decimos, al decirlo de un modo y no de otro, o no diciendo cosa alguna, abrimos o cerramos posibilidades para nosotros mismos y, muchas veces, para otros. Cuando hablamos, modelamos el futuro, el nuestro y el de los demás. A partir de lo que dijimos o se nos dijo, a partir de lo que callamos, a partir de lo que escuchamos o no escuchamos de otros, nuestra realidad futura se moldea en un sentido o en otro.
Pero además de intervenir en la creación del futuro, los seres humanos modelamos nuestra identidad y el mundo en que vivimos, a través del lenguaje. La forma como operamos en el lenguaje es el factor quizás más importante para definir la forma como seremos vistos por lo demás y por nosotros mismos. Descubriremos pronto cómo la identidad personal, la nuestra y la de los demás, es un fenómeno estrictamente lingüístico, una construcción lingüística.
Lo mismo sucede con el mundo en que vivimos. Poblado de entidades, relaciones, acciones y eventos, nuestro mundo se constituye en el lenguaje. Distintos mundos emergen según el tipo de distinciones lingüísticas que seamos capaces de realizar la manera como las relacionemos entre sí y de acuerdo al tipo de juegos de lenguaje con los que operamos en él.

http://ciempre.wikidot.com/el-caracter-generativo-del-lenguaje

viernes, 10 de enero de 2014

Psicología del individuo conectado


Psicología del individuo conectado



Como estudia la Psicología Social, somos seres mucho más sociables de lo que imaginamos, ya lo decía el propio Aristóteles: "El hombre es un animal social". En las sociedades con tecnología, como la nuestra, ya no cabe hablar de una soledad estricta ni tampoco de un aislamiento completo. El ser humano deviene en "individuo conectado", así lo demuestran el éxito palmario de las redes sociales, señaldamente Facebook. Esta transformación de la sociedad afecta a la forma de ser y comportarse del individuo. La red no se usa sólo para obtener información, sino también para recabar opiniones y pronósticos de qué es lo que puede pasar, a base de consultar opiniones de otras personas. Se vuelve de esta manera de algún modo al pasado, pues el individuo pasa a ser de nuevo más colectivo, de algún modo "más tribal". Antes de tomar una decisión, "cotillea" en su red, como antiguamente se "cotilleaba" en la plaza del pueblo. Pulsa opiniones ajenas, tiene en cuenta las que considera más fundadas. También expresa el individuo en la red social su afán de reconocimiento ajeno, y de aprobación. De ser visible.

La conferencia de la psicóloga que se enlaza al pie es quizá, a mi juicio, excesivamente optimista, se centra en que ya se acabó la soledad, en que el individuo está siempre conectado a sus semejantes de un modo u otro, pero no analiza el "lado oscuro" de todo ello: el peligro por ejemplo que representa para la intimidad. Precisamente por eso, porque estamos más conectados entre sí que nunca, y no ya sólo con nuestros vecinos, sino con todo el planeta, debemos preservar aun más, pienso, nuestra esfera personal.

 



sábado, 3 de agosto de 2013

¿Es bueno o malo el egoísmo?





Definición:

egoísmo

  1. m. Excesivo aprecio que tiene una persona por sí misma, y que le hace atender desmedidamente a su propio interés, sin preocuparse del de los demás.
De WordReference
El egoísmo, pienso, como opinaba Aristóteles, no debe confundirse con el sano y necesario amor propio. El egoísmo puro tiene que ver con la egolatría. En realidad, perseguir el interés propio de un modo desmedido acaba produciendo el efecto contrario. Es casi como lanzar al aire un boomerang, al final el viento lo dirige contra tu cabeza.
No somos islas, somos continentes. El egoísmo puro ni siquiera es adaptativo. Si el ser humano no hubiera formado tribus, en definitiva sociedades o cadenas de mutua ayuda y recíproco afecto, no hubiera llegado tan lejos. Es cierto que "la caridad bien entendida empieza por uno mismo", pero no es menos cierto "que no acaba en uno mismo"
Las neuronas espejo hacen que nuestros cerebros estén conectados con los de las demás personas a través de la empatía. Psicólogos de prestigio han descubierto que el ser humano, en condiciones normales, tiende instintivamente a ayudar a los demás. El egoísmo puro es anómalo, como certeramente expresaba Aristóteles.





Las compras compulsivas



La película, "Confesiones de una compradora compulsiva", trata el tema en clave de humor, pero en realidad es algo muy serio. Afecta en mayor medida a mujeres que hombres. La sociedad capitalista potencia este mal con su ingente márketing.
Un vacío emocional muy hondo. Un déficit de la atención. Profunda tristeza. Un afán desmedido por acumular bienes materiales en la búsqueda de una hipotética seguridad. Carencia de aficiones y ocupaciones interesantes y sólidas. Éstas serían las principales causas de esta conducta desviada.
Estas personas no pueden permitirse ni deben las tarjetas de crédito. Deben tener solamente la de débito. Deben asimismo ser advertidas por alguien de su entorno, pues tienen escasa racionalización de sus actos, para que suban el nivel de atención y sean conscientes de lo que están haciendo con sus vidas. Asimismo, tienen que ocuparse en otras actividades que sean muy absorbentes: lectura, películas, y no centrarse sólo en ir de compras. Deben ir a establecimientos low cost para evitar el desastre económico.
Y ante todo, necesitan mucho afecto y cariño. Muchos vendedores lo saben. "All you need is love", de "Across The Universe".


jueves, 6 de junio de 2013

¿En qué consiste el auto-control y por qué nos resulta tan difícil?





La Psicología Conductista define asi el autocontrol:

La preferencia por una recompensa demorada más grande en detrimento de otra inmediata menor. Nos cuesta tanto autocontrolarnos porque somos impulsivos por propia herencia genética, nuestros antepasados no podían permitirse esperar mucho antes de responder a cualquier estímulo: los recursos eran limitados, los peligros numerosos. Por eso nuestro sistema emocional se dispara inmediatamente, sin darnos mucho tiempo a razonar. Pues bien, en sus experimentos, los conductistas han descubierto que añadiendo una demora constante K a ambas recompensas: la inmediata menor y la demorada mayor, entonces sí se produce una mayor probabilidad de decantamiento por esta últiima. Al haber más tiempo entre los estímulos y el acto de elección, el cerebro racional, mucho más lento que el emotivo, puede actuar con eficacia.

El caso es que según los investigadores el autocontrol puede entrenarse: si se demoran las recompensas, y el sujeto se habitúa a que los premios mayores se difieran en el tiempo, su conducta irá siendo cada vez más autocontrolada.

¿Qué es "La Psicología de la Gestalt"?



Jorge Bucay, famoso por sus libros y por su publicación, "Mente sana", es terapeuta gestáltico o de la Gestalt, así como su propio hijo, Demián Bucay.

Demián Bucay, como su padre, psicólogo de la Gestalt.

Descartes introdujo el llamado "mentalismo", tanto en la Filosofía como en la Psicología, y abrió el camino a desconfiar de nuestras percepciones (¿Y si nuestros sentidos son parciales y lo que es peor aun, y si nos engañan?). El primer opositor a la corriente cartesiana fue el sacerdote católico Brentano, que alumbraría una nueva escuela filosófica, la Fenomenología: "la realidad existe tal como la percibimos, todo existe, tal cual es" (sería su lema). De ahí su nombre, ciencia de los fenómenos (recuérdese que el propio Kant acuñó el término noúmeno como lo que existe en sí y que no puede ser conocido, considerando lo fenoménico como meramente apariencial).
Pues bien, Brentano sin saberlo fue quizá el primer gestáltico.
La Psicología inicia su andadura fuertemente influida por Descartes y su "pienso luego existo", totalmente enfocada en los contenidos de la mente o de la conciencia: los pensamientos. De algún modo, pues, "ensimismada".
Wertheimer funda la Gestalt: el todo es mucho más que la suma de sus partes. Cuando escuchamos una composición musical, la percibimos de un modo holístico o global, no "pro partes" o por "notas musicales". El cerebro ve totalidades, ve formas: Gestalten ( y estas formas existen). La Filosofía no debe dudar de la realidad analizándola, debe simplemente tomar nota de la misma, describirla. Lo aparente es lo real. Lo que parece es.
Sin embargo la Gestalt en un principio no fue más que una Filosofía de la percepción, no exactamente una psicología aplicada.
Fue Fritz Perls quien dio el salto de los libros a la psicoterapia: Awareness sería su concepto clave. Perls considera que todos tenemos problemas para ver la realidad tal y como es, distorsionamos la existencia, y el awareness es un despertar , una sacudida bien fuerte que según él necesitamos para ver las cosas como son realmente, para captar la totalidad de todo (los gestálticos son holistas todos ellos) y no emitir juicios de valor capciosos o falaces y sin sentido.
"Awareness" es darse cuenta, percatarse. Dejar de analizar meticulosamente todo hasta deformarlo y simplemente ver las Gestalten en su integridad, sin sesgos ni prejuicios. Para los psicólogos de la Gestalt, awareness es el camino a la libertad. Un ejemplo de psicoterapia práctica de la mano de Perls aquí:

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